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Modo avión

Artículo para la edición en papel de la revista Yorokobu de abril de 2014, que también publicaron en el web.

Si nos lees en un avión y durante el despegue o aterrizaje, muchas gracias: podías usar un aparato electrónico pero has elegido esta revista. Sí, desde marzo de 2014 ya no hace falta que lo apagues todo. No está claro que el modo avión haga lo que dicen –desconectar antenas– pero sirve de excusa para que te dejen usar el móvil para leer, escuchar música, jugar, hacer cosas con fotos, vídeo o de linterna para buscar las cosas que se desparramaron bajo el asiento delantero cuando colocaste ahí el bolso sin cerrar la cremallera.

La obligación de desconectar los aparatos electrónicos era algo parecido a pulsar el botón ‘Aceptar’ de las condiciones de uso del Windows: lo que dicen no te interesa, si lo lees suena absurdo, pero si no lo aceptas no trabajas. Punto. Y si en el avión no lo parabas todo, no volabas. Punto.

Todos sabíamos que la norma era una sinrazón tremenda porque los móviles jamás se desconectan del todo. ¿Nunca hiciste la tontería de programar una alarma para que sonara en pleno despegue? Yo tampoco; habría funcionado y preferí viajar desapercibido. No le des demasiadas vueltas o todavía tendrás más dudas sobre nuestra capacidad para la lógica: estábamos seguros de que el móvil siempre estaba en marcha, consumiendo tanto como el lector de libros electrónicos, pero no podíamos leerlos durante los despegues y aterrizajes. Mira tú.

Afortunadamente las normas cambiaron y de repente podemos usar aparatos electrónicos durante todo el vuelo -en cuanto al Windows podemos pasarnos a GNU/Linux. La única condición es usar el modo avión porque desconecta, dicen, todas las señales de radiofrecuencia que envían señal: Bluetooth, WiFi y telefonía. Activando el modo avión hacemos ver que no enviamos ni una onda.

Solo lo hacemos ver.

Las antenas pueden seguir funcionando, incluso con el móvil apagado, y comprobarlo no es tan fácil como lo de la alarma. Para saberlo hace falta algo más complicado; por ejemplo, pertenecer a un clan mafioso. Es lo que le sucedió a John Ardito, miembro de la familia genovesa de Nueva York, y a su abogado Peter Caruso, cuando el FBI grabó sus conversaciones con los micrófonos de sus móviles apagados. La técnica se llama roving bug y el de Ardito es solo un caso entre muchos.

El modo avión servirá para pulsar -simbólicamente- el botón ‘Aceptar’ de las condiciones de uso del vuelo durante unos cuantos años, todavía. Y todos tan contentos. Total, la cobertura desaparece un par de minutos tras el despegue. Cuando haya, porque sucederá, entonces las normas cambiarán otra vez. De repente, y en los mismos aviones donde estaba rigurosamente prohibido aterrizar y despegar sin el modo avión activado.

Es lo único que soy capaz de predecir en tecnología sin temor a equivocarme.

Vale, no tiene mérito.


Foto de la cabecera: Propia. Hecha con el móvil durante un vuelo BCN-PMI. Todos los detalles están en Flickr.

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