Cuando Daniel Seijo, el CEO de Menéame, me preguntó si estaba de acuerdo en entrar en un proceso de venta, dije que sí. Soy el segundo socio con más peso en el ‘cap table’.

Días después recibí la invitación a editar un Google Docs con el anuncio de la venta. Añadí unas cuantas comas y comentarios para repensarlo todo.

Fui a leer el anuncio final, no consensuado en privado, cuando ayer los DM de X, el WhatsApp y el Telegram se vieron locos con la noticia pública de la venta de Menéame.

Solo habían aceptado mis comas.

Mis comentarios eran más de lo mismo que dije los últimos años: no están dando valor a Menéame.

Nunca hicieron nada relevante, y esta vez tampoco.

Menéame no es eso

Somos históricos. Los datos que guardamos son oro para entrenar modelos de IA que ayuden a entender mejor qué ha sucedido en España desde 2006. Anonimizados, claro.

Ese ‘oro’ no es para amasar pasta, sino para hacer mejor Menéame para la comunidad.

Pienso que hay que crecer siempre, creando nuevos productos, nuevos juguetes, pero teniendo claros los componentes a los cuales servimos: primero es la comunidad, luego la sociedad, a continuación los ‘partners’. Finalmente, nosotros.

No hacer nuevos productos es frustrante para la comunidad, porque el mundo cambia.

¿Un rediseño? Bullshit. Eso no es un producto nuevo —que además se cargó la esencia del lugar: ¿de verdad queréis matar a Eli para que la substituya una M con un ojo?

¿Una app? No le interesó a casi nadie porque no aportaba nada que no aportase la versión responsiva del web.

No podemos hablar de “mínimo 200.000 €”. Es de ‘losers’. Las cifras que dan son un reflejo de la falta de nuevos productos y no del potencial para que triunfen nuevos productos en sintonía con la misión de Menéame.

Por ejemplo, en 2020 presenté un ‘briefing’ sobre las posibilidades de convertirnos en un lugar de ‘fact-checking’. Lo rechazaron. Hoy lo hace X, un lugar que se parece mucho a Menéame —en el 2014 monté un ‘lab’, con la ayuda de Arnau, para recoger estadísticas de Twitter y Menéame; solía circular lo mismo, pero primero en Menéame. 

Al final de este apunte de blog haré una relación de productos que jamás se hicieron. No es para mi ‘gloria’, porque en realidad son fracasos; es para que el nuevo propietario tenga pistas sobre por qué hemos llegado aquí, pero, sobre todo, cómo es posible salir de la actual miseria.

Sobre las cifras, no explican que los últimos doce meses llegaron a Menéame 7 millones de nuevos usuarios con una retención de 13 ninutos. El tráfico directo es enorme. Eso, tan relevante (muchos matarían por tenerlo) únicamente habla de la falta de misión, en productos nuevos, para ir más allá de los ingresos publicitarios.

La publicidad es muy del 2010.

He visto startups sin beneficios levantando millones de capital riesgo con una proyección considerablemente menor. ¿Cuál era la diferencia con Menéame? El equipo, las ideas, el talento. Eso no significa que un nuevo propietario no pueda conseguir talento. De hecho, es lo que pido, desde hace mucho, como socio en la 2a posición del ‘cap table’: talento.

¿Por qué, en la nota oficial, priorizan la comunidad como posible compradora? No tiene sentido. La comunidad hace de comunidad, y el capital tiene que hacer de capital —siendo el último en importancia, priorizando siempre la comunidad; lo dije arriba. Pedir a la comunidad que haga de capital es algo parecido a decir, “si no te gusta mi producto, hazlo tú”. Es un error. La comunidad quiere que el capital le sirva, cuide y tenga buenas ideas para conseguirlo. No que le pase el marrón. 

La reacción ayer de la comunidad fue lógica: decir que no vale nada un lugar que todos sabemos que vale mucho. Aquí nadie tiene reconocimiento por lo que vale el otro; no hay trabajo en equipo entre la dirección y la comunidad. No nos queremos porque no nos escuchamos; nos utilizamos mientras eso dure, por lo que sea. Si muere lo lamentaremos. 

Menéame perdió su Prana. 

Bloqueados por la miseria

Estamos bloqueados por la miseria.

La culpa, jamás, es de la comunidad. Es de la dirección.

Los globos que escaparon

Quiero que la comunidad, y cualquier comprador, sepa todo lo que no sucedió. Es lo que expliqué a quien hizo explotar mis DM de X, WhatsApp, Telegram. Me dijeron que eso se tenía que saber; sienten Menéame algo suyo, también, y no quieren que termine en una subasta para ‘losers’. Somos históricos. Nunca vi tanta gente diciéndome que intenta reunir dinero. Estoy muy agradecido, ese reconocimiento va mucho más allá del dinero.

El dinero es una herramienta para mejorar la sociedad, no un premio para tu ego. Vamos a morir todos, ¿lo sabéis? Tengo 60 y lo veo cerca.

Siempre lo hice así: la sociedad primero. Recuerdo que, en el 2006, meneantes decían que, por favor, no hablaran tan mal de la SGAE en Menéame porque los dueños tendríamos un problema. Querían que nos fuese bien, eso es impagable. Por entonces, la SGAE estaba demandando a lo bestia. Yo dije que para eso estaba Menéame, para defender la libertad de expresión, y que nosotros corríamos con los posibles gastos. No encuentro ese comentario, que fue celebrado. Es la cosa de saber qué va primero. En el futuro nos haríamos cargo de las querellas contra usuarios de Menéame –un abrazo, DZ y jotapé. Queríamos sentar precedentes sobre la libertad de expresión, porque los usuarios y la sociedad estaban muy por delante de nosotros, el capital.

En 2011 vemos cómo se cuece algo importante en Menéame, que acabaría siendo el 15M. La semana siguiente a que la gente quedase en las plazas, duplicamos la cantidad de usuarios: más de 500.000 cada día.

En 2012 la crisis aprieta y vamos a menos. Me preocupa y empiezo a buscar nuevos productos que, hasta entonces, parecía que no hacían falta. Paso de hacer de ‘freak’ a hacer de CEO, es lo que necesitábamos. El CEO tiene que observar mucho, tener pensamiento sistémico y unir puntos como afición, necesidad intelectual, y herramienta para construir un producto que resuelva dolores de la sociedad.

Voy a lo fácil: pienso en un nuevo diseño que no tengo que explicar, porque hoy todavía está ahí y se conoce como “rancio”. Lo es hoy, pero no en 2012. Funciona. Nunca quise que Menéame tuviese un diseño espectacular. Explicar por qué es otro apunte de blog, y ahora no toca. El 2023 aterricé en Lanzadera, fui a talleres de UX/UI, y los profesores, todos, al saber quién era, dijeron que Menéame fue una referencia para ellos. Tema cerrado a pesar de que el diseño siempre fuese un reproche interno de mi socio, con gustos estéticos tipo turbo-racing y reproches. Hice lo que pude para mantener la cordura. Me avergüenzo, para satisfacer su cosa estética, de todos los diseños que hice a base de relieves 3D, brillos espantosos, sombras irreales y fuegos artificiales diversos. Simplemente, mostré que los podía hacer tras una intensa depreciación interna. Puedo hacer cualquier cosa, pero no cualquier cosa sirve en cualquier lugar. Eso jamás conseguí transmitirlo.

Fuimos de los primeros con avatares redondos, y lo sabéis. Todo el mundo los tiene redondos hoy. Pero os escuché. No habrá un nuevo equipo en Menéame que no se comprometa a los avatares cuadrados. Estamos dispuestos a cambiar ese meme fantástico. Luego no sabréis qué decir al veros cuadrados. Ahí lo dejo. 

Os quiero por esas cosas, esos memes. Cuando tienes, 60, puedes decir a la gente que los quieres y no sospechan nada raro; piensan “pobrecito, que busca desesperadamente pasta para poder comprar Viagra”.

Dejo cosas de fondo, como el diseño que me torturó años, de culpabilización, a pesar de hacerlo bien. Voy a productos que jamás surgieron, los globos que se escaparon:

(Joder, me enrollé demasiado, como siempre)

Cronología

1. 2013: Los admin no pueden estar ahí enganchados como lapas. Tienen que cesar y cambiar, escogidos por algo democrático. Se enfadan muchísimo y empieza mi cancelación en Menéame. Los admins ganan.
2. 2013: APIs: hacen falta productos nuevos para dar nuevos servicios: desde lugares de noticias, personalizando la portada, hasta plugins para los navegadores diciendo qué está en Menéame para impulsar una conversación neutra allí. Una solución para no temer por la censura del color del medio en cuestión.
3. 2013: Coins. Usuarios Premium que tenían la facultad de enviar dinero a los lugares meneados, siendo una nueva fuente de financiación para la gente que publica en sintonía con las preferencias de una comunidad grande, de millones de personas. Fue rechazado. Años después lo haría Reddit y ha sido uno de sus éxitos.
4. 2013: Pregúntame. Pensé que sería un éxito y acabo siendo una cosa rara que jamás preví, pero que sucedió: gestionada por El Diario. No era de la comunidad, gran error. No pude hacer nada. El 2015 sugeriría recuperarla al nuevo equipo. Lo hizo. Fue el último éxito, y el meme de la tortilla de patatas es vuestro mérito, no el nuestro. Se lo han cargado cambiándolo a vídeo, un cambio de contexto entre texto-vídeo que no tiene ningún sentido.
5. Los subs, para crear el Pregúntame, fueron un error profundo. Los subs solo provocan frustración y dispersión de energías, de ilusiones. Matadlos ya.
6. 2016: Los admins pueden ser AI. Ese año lo veo en https://jigsaw.google.com y tenemos que unirnos a esa cosa nueva. No pueden tener sesgos, los admins. Tienen que estar entrenados con la diversidad. Ni caso. Hoy la IA es imprescindible en cualquier proyecto. Los admins odiarán eso. Es algo que tenemos que pasar. Nadie se atreve.
7. 2020: Podemos ser un lugar de fact-checking. Reciben mi idea con una indiferencia profunda. Hoy es una función importante en X tras que lo impulsara Elon Musk.
8. 2023-2024: Valoremos Menéame, porque la AI significa una nueva época y tenemos mucho por hacer, y sin nada que vaya contra nuestra misión de mejorar la sociedad.
9. Tras publicar este apunte de blog el 5 de julio de 2024: hace falta repensar los strikes, y quizás eliminarlos. Son una factoría de personas resentidas. No puedes resentir a los usuarios de forma tan masiva. Recordad que son el primer componente. Resentir alguien es como arrugar un DIN A4 que acabas de sacar, perfecto, del paquete: nunca volverá a estar como al principio.

Vale, en realidad la misión de Menéame solo está en mi cabeza y fue ignorada sistemáticamente. Sigue latente y es oro para quien quiera repensar la misión. No está reflejada en esos 200.000 Eur.

No quiero amasar pasta, soy más de reinvertir; el dinero es solamente una herramienta. Quiero ver más impacto social después de tener, a solo un palmo de mí, tantas posibilidades de ayudar a la sociedad, con impacto, durante esos últimos 20 años. Sin colores predeterminados, aunque parte de la dirección cada vez esté más cerca de PP+VOX. Menéame tiene que estar cerca de la realidad, pese a quién pese.

Jamás tuvimos pérdidas, pero ¿por qué no hicimos nada rentable? Lo explicó muy bien Javier Jiménez, director general de Lanzadera, el septiembre de 2022 en Alicante. Aquí tenéis su presentación, memorable para mí, porque mientras le escuchaba pensaba que en Menéame lo hicimos casi todo mal:

Lo repito: Los errores que explica Javier Giménez, CASI TODOS, los hemos cometido en Menéame. La gracia es reconocerlo y que no se repita. 

Si es por mí, no se repetirá.

Pocos minutos después, Javier Jiménez me entregaba un premio especial para entrar en Lanzadera con Dentalpic. Es mi foco ahora, trabajando para no cometer ninguno de los errores que aprendí a ver.

Sigo en Lanzadera, aprendiendo.

La imagen de cabecera no necesita derechos de autor. La pedí a ChagGPT y explica bastante bien lo que quise para Menéame en 2015, un rediseño que jamás sucedió. Le falta la caja de votos, que jamás debió desaparecer: era un símbolo de abundancia. Lo es todavía, pero en la versión ‘rancia’ presidida por Eli, la elefanta.

Tengo clarísimas pocas cosas, y una es esta: la miseria es infinita.