Es muy inquietante la inseguridad jurídica que vivimos todos los que trabajamos en ofrecer productos digitales que resuelven dolores de la humanidad. Todo lo que pueda ser software será software, cosa que hace que cosas relevantes que resolvíamos con productos físicos hoy las resolvemos, todavía mejor, con software.
La inseguridad jurídica está aquí por haber olvidado eso a la hora de sentenciar contra productos digitales:
La sociedad industrial no generó instituciones para organizar las máquinas, sino para proteger los derechos de las personas y sus propiedades.
–Me permito esta autocita del apunte anterior de blog, «La regulación de la IA nos conduce a la inutilidad»
Las regulaciones que deseamos perpetrar contra la IA, junto al caso de uso de las regulaciones que hoy cometemos contra Telegram, están muy lejos de la protección de los derechos de las personas y sus propiedades.
En el apunte de blog también dije «Que no se pueda decir que lo vi venir y no dije nada». El caso de Telegram nos sirve para verlas venir en cuanto a la indefensión sobre los derechos de las personas y nuestras propiedades en el contexto digital.
La desprotección es clara hoy para el Telegram que, en teoría, no tenemos regulado. Pero queremos regular la IA, y me rompe pensar en reglas a de tres sobre lo que sucederá mañana. Si hoy hacemos eso con el Telegram, ¿qué haremos mañana con los modelos de IA? ¿Caza de brujas?
El medievo no quiere irse:
El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: Tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología divina.
–Edward O. Wilson
Lo que está sucediendo con el Telegram deja en indefensión jurídica a muchos proyectos legales que usaron Telegram como base. Todo lo que pueda ser software será software, y todos los problemas que se puedan resolver con un chat no se resolverán con el web. Telegram es una buena herramienta para hacer negocios al margen del web. Meta tiene más, X lo intenta.
Vamos hacia ahí.
Internet es un mundo de conversaciones, desde el minuto cero, y las conversaciones surgen en lugares como Telegram, X, Reddit, Menéame o el ecosistema Meta.
En el web intentan venderte cosas, pero en las conversaciones sabes qué puedes comprar para resolver tu problema. Lo dijo Cluetrain en 1999, y sigue vigente.
Telegram, a diferencia de WhatsApp, siempre fue un lugar fácil para automatizar conversaciones y, al mismo tiempo, monetizar las ventas que se producían gracias a las conversaciones. Intentar automatizaciones en WhatsApp es un dolor enorme, solo apto para corporaciones con pasta, y por eso muchos proyectos startup eligieron Telegram.
En el mundo real, de átomos, para llegar a vender, tenías que crear una tienda con un escaparate; en internet, puedes crear conversaciones sobre productos y recibir una comisión de quienes lo compren después del debate e intercambio de experiencias. Telegram siempre lo hizo más fácil que WhatsApp. Por eso, en Telegram existen infinidad de foros sobre productos, muy especializados, que significan el sustento de quienes trabajaron para generarlos y llamar la atención de personas con opiniones interesantes.
Todo eso se acabó de un día para otro.
Resulta que en tu barrio alguien usó esas conversaciones para vender algo ilegal –cosa que sucede en todos los barrios del mundo mundial. Imaginad que una demanda, a la minoría delincuente de vuestro alrededor, hace que el juez precinte todas las tiendas del barrio.
TODAS.
Por si acaso.
La indefensión jurídica es digna de Corea del Norte, pero acaba de suceder en España.
Volverá a suceder si no recordamos, una y otra vez, que las leyes tienen que proteger los derechos de las personas y sus propiedades sin cazas masivas medievales de brujas. Deberíamos haber superado eso hace mucho.
El caso de Telegram es relativamente fácil de explicar, pero no lo será tanto la IA que todavía no sabemos distinguir de la magia. Lo dice la 3a ley de Clarke:
Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia
—Las tres leyes de Arthur C. Clarke.
¿Quién hacía magia en la época de la inquisición?
¡Exacto!
Las brujas.
Al fuego.
TODAS.