Hoy mismo, en el Diario de Mallorca (en PDF por si el lugar cambia de parecer), en una entrevista sobre IA y pymes, Genís Roca recomienda “evitar los experimentos con un ROI más allá de un año”. No podía dejar pasar la ocasión de escribir estas líneas porque ese mensaje, en nuestra tierra, no es inocuo: alimenta precisamente el espíritu mallorquín que nos conduce a la irrelevancia. Y sé lo que significa quedarse atrás; no por falta de talento, sino por falta de audacia.
(ROI: ‘Return On Investment’, o recuperar la pasta gastada. El contexto es la inversión en un proyecto digital, y de eso algo sé. Mi ‘motto’ es que todo lo que pueda ser software será software, y que todo el software que pueda incorporar IA, tendrá IA. Eso significa el ROI de casi todo. No es vano. Fin del inciso.)
La frase «evitar los experimentos con un ROI más allá de un año” suena razonable, tranquilizadora, casi de sentido común. El problema es que, si alguien se la hubiera tomado en serio en su momento, hoy no existirían ni Amazon, ni Figma, ni Slack, ni Notion, entre muchos más.
El gráfico que circula entre emprendedores sobre cuánto tardan las startups en alcanzar el product-market fit es demoledor: Figma necesitó casi cinco años, Slack más de tres, Notion otros tantos. GitHub, Canva o Airtable tampoco lo lograron en doce meses. Con la mentalidad del ROI inmediato, ninguna de esas compañías habría pasado la primera criba.

El product-market fit (PMF) es ese punto crítico en el que una empresa deja de ser un experimento y se convierte en una solución real que encaja con un mercado dispuesto a pagar por ella. Alcanzarlo no suele ser rápido ni barato: requiere prueba, error y tiempo. Precisamente lo contrario de lo que propone Roca.
Necesito subrayarlo: Figma no solo sobrevivió a esos años de exploración, sino que terminó plantando cara a un gigante como Adobe, líder indiscutible del diseño digital durante décadas. Hoy, millones de diseñadores en todo el mundo prefieren Figma a las herramientas de Adobe. Con ROI a doce meses, ese pulso nunca habría llegado a existir.
Ahí está la diferencia: en Estados Unidos existe capital paciente, dispuesto a financiar años de exploración, errores y pivotes hasta encontrar el encaje. En Europa, en cambio, obsesionados con los retornos rápidos y los experimentos baratos, seguimos preguntándonos por qué no tenemos gigantes tecnológicos propios. La respuesta es sencilla: no les damos tiempo a nacer.
El método Lean, para gestionar proyectos, dice “fracasa rápido, fracasa barato”. Pero conviene entenderlo bien: lo barato no significa cerrar la persiana en doce meses si no hay beneficios, sino aprender con el menor coste posible en cada iteración. Ese aprendizaje acumulado es lo que permite alcanzar el product-market fit, un camino que puede durar años. Gestionar lo barato es gestionar la exploración, no amputar el futuro.
En Mallorca el discurso de Roca caerá de pie. Aquí vamos a la cola en innovación en España y Europa, y siempre encontramos consuelo en frases que justifican la parálisis. Tenemos una muy nuestra: “ja te diré coses”, que significa exactamente eso, dejar para más adelante cualquier decisión incómoda o arriesgada.
Mientras aplazamos lo nuevo, los distintos gobiernos de las Illes Balears han quemado cantidades de seis cifras en proyectos “Amazon killers” de manual —hubo más de dos—, todos fracasados. Nunca apostamos por lo desconocido, y siempre llegamos tarde copiando lo que ya existe.
Mal copiado, además.
Eso sí: el dinero se gasta igual.
La digitalización no es un tema cultural, como insiste Roca en sus sermones, ni puramente tecnológico. Es una cuestión estratégica: decidir si queremos competir en serio o resignarnos a ser consumidores eternos de lo que inventan otros. Y en lo digital no basta con aguantar el tipo: la tecnología avanza de forma exponencial. Cada salto es enorme (ley de Moore dixit) y lo que hoy parece opcional mañana es imprescindible.
Para quien no tenga clara la famosa ley de Moore, basta imaginarlo así: una carretera de 1.000 km hecha con tecnología digital tendría, el día antes de la inauguración, solo 500 km construidos. El avance no es lineal y por eso sorprende a quienes solo esperan progresos graduales.
En digital e IA, olvidad las reglas de tres. Es un consejo amigable.
Con un ROI de un año se gestionan colmados. Con visión de largo plazo se construyen ecosistemas digitales. Pero con mentalidad de tendero frente a una curva exponencial, la distancia con quienes sí apuestan se convierte en un abismo.
El jueves habrá un acto con Roca en Palma, de 10 a 13h. Lo organiza la Cámara de Comercio y va sobre IA. No iré: se me ha girado trabajo en un producto basado en IA sin ROI a doce meses, y necesito concentrarme. Aun así, me apetece ayudar a pensar a los mallorquines que no están abonados al “ja te diré coses”.
Imagen: por Malachi Cowie en Unsplash