Después de casi un año usando VSCO Cam en un Nexus 5 (Android), me di cuenta que confié demasiado en ellos.

Este apunte de blog es para prevenir: no dejéis ninguna fotografía en la biblioteca VSCO Cam (le llaman ‘library’). Cuando hayáis terminado los retoques, exportadlas. Siempre.

Se exportan con la función Share > Save to Gallery tras seleccionar una o varias fotos de vuestra biblioteca.

Si no las exportáis, podéis perder todas vuestras fotos en VSCO Cam. Hacedlo ya, porque puede suceder en cualquier momento. Por ejemplo, cundo tengáis que cambiar de móvil, cosa que suele suceder cada 2-3 años. En mi caso, se averió el micrófono del Nexus 5 y Google envió otro. Sin hacer nada especial pude trasladar más de 1000 fotos hechas con otras aplicaciones. De hecho no habría hecho falta porque todas estaban en la nube: entre Dropbox, Google+ y mi instalación de ownCloud. Pero bueno, para más seguridad, de propina, hice un USB Drive extra con otra copia mediante SSH. En una hora también estaban en el USB.

Para el resto de datos (lo que no son fotos) hice una copia con la aplicación Helium. Todo se restauró en el móvil nuevo sin problemas.

Sólo dos aplicaciones no admitieron Helium: Telegram y VSCO Cam. Para la primera no suponía ninguna pérdida porque lo guardan todo en sus servidores; así tienes los chats en todas partes: móvil, tableta, portátil y escritorio. Pero con VSCO significaba perder las fotos. Y sus retoques, que para eso instalé la aplicación de marras.

398 fotos

Tenía 398 fotos en la librería de VSCO Cam cuando me di cuenta que las perdería tras el cambio de móvil.

En VSCO no tienen cuidado programando ni respetando el trabajo de sus clientes.

No tienen cuidado programando porque nada suyo funciona cuando lo usas intensivamente. Sucede cuando tienes que trasladar 398 fotos.

Sí, saben hacer filtros. Punto. Ya está. El resto es malo. Mucho.

No funciona la opción Share > Save to Gallery tras seleccionar todas la fotos de la biblioteca. Se para. Y no se para en la foto que parece que se detuvo; eso sería demasiado fácil. Le dan emoción. Con el exportador del VSCO Cam cuesta saber por dónde va la cosa,  y así te dejas algunas imágenes, duplicas otras. Un festival.

Para evitar que se congelase, pasé de exportarlas todas a grupos de 50 fotos. Luego de 40, 35…

Pasé horas resolviendo eso.

Cuando llegaba al final, hacia la foto 300-y-poco, más emoción todavía: Descubrí que VSCO Cam había exportado un montón de fotos sin retocar. En la biblioteca aparecía la miniatura retocada, pero al abrirla (o envíarla a la galería) estaba tal como la disparé. Sin ningún mensaje de error, aviso de anomalías, algo perdido, corrupto. Nada.

Perdí los retoques de 80 fotos, más o menos. Estaban todas seguidas, como si algo fallara a partir de cierta fecha. Sucedía en la aplicación completa incluyendo todos los filtros que compré –demasiados.

Al ver el desastre, intenté cambiar de táctica usando su sistema de sincronización de fotos entre dispositivos. Abres una cuenta (con contraseña) y puedes usar su nube.

Tampoco funcionó.

Tras cuatro días no subió ni 50 fotos del móvil anterior con el micrófono averiado. Al nuevo no llegó ni la mitad de las 50. Pero la emoción no cesa, esa habilidad hay que reconocerla de VSCO: casi dos semanas después, de vez en cuando, inesperadamente, aparece alguna más.

Un desastre.

Tras las primeras 48 horas sincronizando la nada, tuiteé preguntándoles si tenían algo más para trasladar fotos entre móviles. Me dijeron que escribiese a su dirección de soporte.

No contestaron.

Bueno, tengo que decir que hice la pregunta en sábado. Paciencia. Tendría más tiempo para dejarlo sincronizando todo el fin de semana. Reseteándolo varias veces. Incluso Movistar nos cambió el router (por otro problema) y el nuevo iba muy rápido: 1 Mb de subida.

Llegó lunes.

Al ver que no se movía —y sin respuesta de VSCO— busqué soluciones. No encontré nada. Mucho diseño (algo depresnob, tengo que decir) pero apenas publican documentación técnica.

Volví a las exportaciones manuales hacia la galería. Poco a poco. Por grupitos. Piano. Sucedió más de lo que explico arriba: congelaciones del proceso, pérdidas de retoques, fotos duplicadas…

A media tarde (de lunes, ya de por sí jodido) dejé ir mi mosqueo en Twitter.

Me dijeron que les escribiese.

Ya. Lo mismo que dijeron viernes.

Encontraron mi mensaje. Me dirían algo.

Mientras tanto seguí exportando, borrando duplicadas, refrescando galería de Android reseteando…

…

…

…

Recibí su email a las 18h:

«Bueeeno, eso de la copia es complicado». No saben cómo puedo hacerlo. No garantizan nada. Algunos usuarios han probado el «back-up» (así, entre comillas) con cosas que encontraron en un lugar que se llama Google Play —lo explicaban como si fuese algo desconocido. Que lo pruebe también, y si eso pues venga. La sincronización con su nube a lo mejor falla porque tengo mal la conexión a internet. O algo. Que las exporte a Drobpox. Que tenga todos los filtros instalados para no perder retoques.

VAYA M**RDA DE RESPUESTA, pensé.

(Así, pensando en mayúsculas, y poniendo especial énfasis en las tres primeras letras de la palabra ‘mierda’)

Si su exportador no es capaz de funcionar dentro del mismo móvil, hacia la galería interna, ¿Cómo va a funcionar Drobpox? Si es mi conexión el problema, también lo tendré con Dropbox.

¿Qué clase de departamento técnico da respuestas tan técnicamente inconsistentes y contradictorias?

El backup tendrá comillas para ellos, para mi es muy importante. 

¿Cómo puede ser que pasen de esta manera de algo tan fundamental?

¿Tan poco valoran las fotos de sus clientes?

¿Y su tiempo?

Su dinero.

Y van y firman el correo con «VSCO Always Moving Forward».

Sí: como su sincronización. Encima, recochineo.

No contesté el correo porque no quería perder más tiempo con gente que va tan pérdida. Tenía que recuperar las fotos.

Volví a entrar por SSH al móvil para localizar las fotos, usé find con parámetros para aburrir. Nada. Todo muy Apple: datos secuestrados, inaccesibles. Si algo falla, es cosa de los demás. Lo nuestro es suyo, todo, pero no les interesa.

Supongo que guardan la foto original, escondiéndola, junto a las instrucciones de retoque, y van recompòniendo el puzzle al vuelo cada vez que muestran una foto, la exportan o sincronizan. Que no son capaces de hacer bien los puzzle cada vez. Nada está documentado. Dependes de su capacidad. Por eso me gusta el software libre. Apenas hay para móviles, toca resignarse. De momento.

Lo voy soltando en Twitter. No es para menos, porque flipo. A la 1 de la madrugada me envían otro correo, esta vez para reñirme: tras su respuesta de las 18 h, yo había sido agresivo en Twitter.

¡HA! Se sienten agredidos por mis quejas sobre lo mucho que les falla todo y el poco respeto a mis fotos, ahí secuestradas.

Les expliqué que para mi ‘agresividad’ es programar sincronizaciones y exportaciones que no funcionan; que ‘agresividad’ es no respetar el trabajo, el tiempo ni las propiedades de los demás; que ‘agresividad’ es tener millones de fotos secuestradas y que tanto te de.

Contestaron diciendo que sí respetan el trabajo de los demás.

Y hala, con eso todo resuelto. Sana, sana, culito de rana; si no sanas hoy, sanarás mañana.

Lo que digan, pero me quedé sin buena parte de mi trabajo. Prefiero explicarlo a discutir. Para que no os suceda a vosotros.

Para ellos deseo que les toque la lotería, puedan dejar de trabajar y dejen espacio para nuevos actores más cuidadosos.