Aki Hoshide, NASA

Cariño, esto no es lo que parece

Artículo para la edición en papel de la revista Yorokobu de enero de 2014.

La Primera Ministra danesa Helle Thorning-Schmidt se hizo una autofoto, una ‘selfie’, junto a Obama y Cameron durante el funeral de Mandela. Michelle Obama se mantuvo al margen, distante, y la cosa provocó un revuelo considerable en la prensa e internet: que si parecen niños; que si hacer eso es muy poco serio en un funeral; que si luego Michelle Obama lanzó miradas de reprobación al Presidente y a Helle; que si estaba celosa de la danesa; que si aquella noche Barack durmió en el sofá o no; que si…

Calma.

El presunto error de los dignatarios no fue inmortalizar el encuentro, sino hacerlo con una ‘selfie’. La misma foto, hecha por una cuarta persona detrás del móvil, no habría supuesto ninguna crítica ni especulación. Era fácil conseguirla porque alrededor de los líderes mundiales nunca faltan guardaespaldas ni asistentes ni pelotas. Bastaba que la Primera Ministra danesa hiciese un gesto para que inmediatamente alguien le preguntase qué necesitaba: “Sørensen, háganos una foto con mi móvil por favor”. Ya está, nadie habría dicho nada porque les hacen docenas de fotos cada día. Pero no, fue una ‘selfie’ y se armó la marimorena a pesar que demostraron un notable dominio del género.

Cualquier entendido en ‘selfies’ sabe que cuatro personas apenas caben en ese tipo de retratos –no olvidemos que la distancia de la cámara está limitada por la longitud del brazo. Con Michelle ahí, hacía falta apretujarse y habría salido una foto de los cuatro mejilla con mejilla, esto es, un ‘cheek-to-cheek’ de Cameron, Helle y Barack para la posteridad. ¿Porqué nadie se dio cuenta del exquisito buen hacer de Michelle, distanciándose en el momento oportuno, para que pudiesen hacer una ‘selfie’ digna de líderes mundiales? No, tiene que ser porque estaba celosa, enfadada y molesta. Bah, marujeos.

El fotógrafo que los pilló se llama Roberto Schmidt y también está sorprendido por el escándalo. Los defiende en su blog de la agencia AFP: cuando hizo la foto habían pasado ya más de dos horas de ceremonia y todavía quedaban otras dos. Los sudafricanos a su alrededor estaban bailando, cantando y riendo en honor a su líder muerto. El ambiente era relajado, más de carnaval que morboso. “Estamos en Africa”, nos recuerda el fotógrafo. Por lo visto, además de mostrar pericia con las ‘selfies’, los cuatro dignatarios aplicaron el allí donde fueres, haz lo que vieres.

¿Preferimos gobernantes impermeables al ambiente y lejanos a las tendencias tecnologías del momento? Cuando los presidentes del año 1900 y pico se dejaron fotografiar por primera vez, ¿también hubo revuelo por no haberse limitado a los cuadros de toda la vida? Obras de pintores de renombre, en poses transcendentales, con aquella mirada típica de estar arreglando el mundo. Pues en el 2013 se lleva una pose más informal y hacerse fotos a uno mismo. Además, también es habitual fotografiarse los pies; sí, exactamente eso es lo siguiente que deberíamos esperar de cualquier líder mundial de nuestro tiempo: auto fotos de sus pies. ‘Feetfies’.

Los Obama posiblemente se tomaron el murmullo con la calma tensa que rezuma la frase “cariño, esto no es lo que parece”. Y nosotros quizás deberíamos fijarnos en cuán alejados de su tiempo están algunos presidentes que no podemos imaginar haciéndose una ‘selfie’. Y a los que sí, jamás poniendo morritos.


Foto: Aki Hoshide, NASA

Cameron, Obama, Roberto Schmidt, Selfie, Sudáfrica, Thorning-Schmidt, Yorokobu

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