Hoy hace una semana que escribí este apunte en catalán y este otro en castellano. Fueron una modificación de un apunte de blog de Rosa García, presidenta de Microsoft España. Los dos apuntes enviaron un aviso de trackback al blog de García. No ha publicado ninguno.
Los trackback son tan importantes como los comentarios. Significan «en el blog tal han escrito un apunte relacionado con lo que digo aquí». Al querer opinar sobre un apunte de blog, podemos escoger entre dejar un comenario o escribir un nuevo apunte en casa –si tenemos blog. Yo me decidí por un apunte en mi blog, porque lo que iba a decir era demasiado largo para un comentario. Envié un trackback, por supuesto, y si García no lo publica ningún lector de su blog se dará cuenta de mi opinión relacionada.
Copié y modifiqué el escrito de Rosa García, y puede que no le haya hecho ninguna gracia. Sabemos que en Microsoft no les gustan ni las copias ni las modificaciones de su código. ¿Puede ser que la cosa es extienda también al lenguaje escrito? En el fondo –y la forma– el lenguaje verbal es también código. Pero sucede que al nacer nadie nos pide a aceptar ninguna licencia que nos prohíba copiar lo que dicen los demás y modificarlo. Quien no la acepte, en nombre de la «neutralidad tecnológica» no tendrá acceso a la guardería primero, la enseñanza después, y más adelante trabajar en la administración y un montón de empresas.
Vuelvo a enviarle un trackback con este apunte. Hacia aquí:
http://elventanalderosa.spaces.live.com/blog/cns!F4D34257FAE2DF16!365.trak
A ver qué sucede ahora.